sábado, 25 de julio de 2009

Si, estoy cansada de la melancolía.
Porque siempre que te veo es otro día que se vuelve triste, y, ¿quién soporta esos días?
Son como puñales a la mente.
Y estoy cansada de tus mentiras.
De que seas el falso que siempre fuiste, de tus dos caras. La persona que vale el doble, negativo.
Y estoy cansada del que dirán.
Los mismos idiotas de siempre hablando de cualquiera que se les pase por la mente. Tendrían que ocuparse de sus propias vidas.
Y de que me deje influenciar por todo lo que me digan.
Vease punto anterior, más, la estupida idea de que si cambio les voy a caer mejor.
Y también me cansan mis errores.
Son demasiados los que he cometido, y está entre ellos haberte conocido.
Y del recuerdo de lo tonta que fui cuando te hablaba.
Me arrepiento de cada palabra dicha, basta para quitarme el sueño y ahora ya ni siquiera me ayuda la almohada.
¿Por qué tuve que hacer esto?
Ya no puedo ni verte, y no quiero recordarte nunca más.
Estás prohibido. ¿Soy yo la única víctima de éste delito?

He dicho, se acercan aires de cambio...

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