viernes, 29 de julio de 2011

Si te duele, está creciendo.

¿Qué haces cuando no querés seguir? ¿Qué hacés cuando la vida se te empieza a colar a través de la mente, y llega hasta las huesos? ¿Qué hacés cuando ésta los carcome y los deja huecos? ¿Qué hacés cuando la poca fuerza que tenías se va, se esfuma? Te pregunto ahora, que harías vos, si querés seguir con algo que tu cuerpo, que tu mente, no puede soportar. Con algo sobre lo que no tenés control propio. Esto es serio, es algo que pensarlo debílita. Es querer mover una montaña con dos brazos frágiles, desnutridos. Es querer intentar hacer algo para lo cuál no estás lista. Esta no sos vos, no es tu mente la que quiere esto, no es tu cuerpo el que quiere continuar. Esta es otra vos. Ahora sos ciclotímica, bipolar, estresante, impaciente. ¡Todo ya! Querés todo ahora, solucionado, listo, envuelto y dispuesto para ser usado. Te olvidás de disfrutar el proceso de las cosas, te olvidás como era vivir paso a paso, ¿dónde quedó el "carpe diem"? Ahora te preocupa qué va a ser de vos en una semana, en un mes, ¿y en un año? ¿y en dos? ¡Basta por favor! Todo planeado, organizado. No hay nada que no tengas anotado en tu cerebro; y te persigue, sabés que te persigue cuando apoyas la cabeza en la almohada. Cuando estás sola, maquinás y repensas todo una y otra vez, no podés dejarte en paz un segundo. Antes no eras así, antes no te importaba esto, vivías y ya, el resto vendrá solo. ¿Dónde está el "dejar las cosas fluír"? No se a dónde es que fue a parar mi antiguo yo, pero lo extraño. Hay cosas que me hicieron cambiar, y si las ves desde afuera, son las mejores cosas que te pueden pasar. Pero te cambiaron, te volvieron peor en cierta forma. ¿Y si quiero sacarme de encima una de esas "cosas únicas"? ¿Estoy loca? ¿Estoy tomando deciciones apresuradas e imprudentes? ¿O es parte de mi vida enteramente planeada? Siento que no estoy lista, siento que quiero volver atrás. Pienso "¿En qué me metí? ¿Realmente puedo manejar esto?". Pero a la vez, a esto que tal vez no puedo manejar me cuesta mucho despegarme, no puedo decirle adiós y ya. Defraudo a personas, corto relaciones, pierdo también. Tengo sentimientos encontrados. Tengo dudas en las entrañas. Tengo tantas preguntas que ni Dios podría responderme. Todo esto y acá sigo. Derramando litros y litros de lágrimas que gritan "¡No se qué hacer!". No se qué hacer, no se qué hacer. Soy feliz, y lloro, lloro y me descargo, y vuelve la melancolía; y así estoy todo el día. Te lo oculto entre sonrisas, bromas y carcajadas, lo aprendí con los años. ¿Cómo vuelvo atrás? ¿Cómo vuelvo a empezar? ¿Cómo hago para estancarme en lo seguro, en lo confiable? Cuesta tanto crecer y mudar pieles.

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