Como siempre pasa,
mi mente es otro disparate.
En cualquier parte de mi casa,
se esconden sentimientos infartantes.
Y yo, esperanzada y con fe de sobra,
me senté y me dediqué a olvidarte,
pero lamentablemente la nostalgia obra,
y quita toda posibilidad de innovarte.
Juro por todas mis creencias,
que huí y tropezé con la misma piedra,
y esa caída se llevó toda mi paciencia,
y le dió más veneno a mi hiedra.
Pero no es cotidiana en mí la resiganción,
y aprendí que levantarse puede ser duro,
que puede afectar al alma y a la razón,
pero que no es imposible escalar muros.
29 de noviembre de 2016
Hace 4 años
Que optimismo hay aqui!
ResponderEliminarBss