Debería llamar al doctor y dejarme de dar vueltas.
Debería pedirle un turno para que me quite el corazón,
y con eso cerrar varias cuentas.
No soporto las penas
que provoca en mi la falta de risas,
tampoco el hecho de leer de a docenas,
pensamientos y recuerdos, todos hacia atrás.
Porque o me fallo a mi misma,
o estoy fallando a alguien más.
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