Lo mejor solía estar muy cerca,
demasiado bueno para ser verdad;
pero ahora vivo en una realidad terca,
extraño hasta cada insignificante nimiedad.
Y simplemente, de eso se trata,
de sobrevivir, de no morir en el intento,
aunque el tiempo que no pasa es lo que mata,
y a las horas no se las lleva ni el viento.
Mi rutina se ha vuelto extrañar,
pero no me volveré una extraña.
Es que siempre tuve miedo de cambiar,
y ni siquiera se como desplegar toda mi artimaña.
Mentiría si dijera que no me ato al pasado,
porque de hecho vivo de él.
Gracias a esos recuerdos aislados,
puedo basar mi presente y futuro, mi ser.
¿Y ahora? ¿Qué voy a hacer?
Nada, esperar nunca fue una opción.
Si se trata de no perecer,
aquí estoy, al pie del cañón.
29 de noviembre de 2016
Hace 4 años